domingo, 1 de diciembre de 2013

1 DE DICIEMBRE ANIVERSARIO DE LA SEGREGACIÓN DE TUXPAN DEL ESTADO DE PUEBLA Y SU INCORPORACIÓN A VERACRUZ

1 DE DICIEMBRE ANIVERSARIO DE LA SEGREGACIÓN DE TUXPAN DEL ESTADO DE PUEBLA Y SU INCORPORACIÓN A VERACRUZ




lunes, 11 de noviembre de 2013

Prólogo a la Segunda Edición del Libro Tuxpan, crónicas de su Ciudad y Puerto


             Mi padre, Obed Zamora, el Cronista de Tuxpan,  falleció en el otoño del 2012. Para la primera edición de su libro TUXPAN, Crónicas de su Ciudad y Puerto, habíamos pasado él y yo cerca de  ocho meses de continuo trabajo, íbamos contra reloj, yo sabía que su tiempo se estaba agotando. Largas horas de lectura, una y otra vez, de los capítulos  para su corrección mientras el recordaba como siempre, innumerables anécdotas que denotaban el más puro amor por estas tierras y que fueron contenido de grandes charlas a lo largo de su vida.

En los últimos meses se quedaba dormido mientras me dictaba. Mi llamado –Papaaaa! ¿Qué sigue?-  le despertaba para seguir con la tarea, esa  era ya prácticamente la historia de siempre. A veces internado en hospital, en su consultorio o en casa.  Así terminamos de editar el libro.  Encontré una imprenta que hacía los trabajos casi de forma inmediata a una muy buena calidad. El 28 de julio  del 2012 fue  de la presentación, el salón del Hotel Holiday Inn no pudo haber estado más lleno,  Brianda mi hermana,  se encargó de hacerlo extensivo a toda la ciudadanía y a los tuxpeños que viven en el mundo a través de las redes sociales. El apoyo de Alberto Silva Ramos, entonces presidente municipal de esta ciudad,  para realizar exitosamente el evento fue total. ¡Qué bien le fue esa noche a mi padre que para mi privilegio era el autor! ¡Qué enorme y contagiosa felicidad la de él! ¡Qué orgullo y satisfacción ver culminado cincuenta años de periodismo cultural en una obra tan completa!, Qué cariñosa y entrañable respuesta la de todos los que ahí estuvieron acompañándole. Qué felicidad la mía al haber contribuido para lograr estas sensaciones en él.   A los quince días su estado de salud era ya deplorable desencadenándose una serie  sucesos que lo deterioraron cada vez más. Mi mamá lo cuidó con una dedicación extrema.  



Una de las veces que me quedé con él en el hospital empezó a delirar y en su delirio me contó las historias más extraordinarias que vivía mientras soñaba despierto, embelesado y feliz, curiosamente esa condición se la daba su riñón en agonía con el desequilibrio de los minerales en su sangre. Las historias eran de enorme felicidad según contaba, afirmaba escuchar hermosas poesías. Se deleitaba con melodías que los propios cantantes famosos de antaño entonaban, vivencias de extrema alegría, nunca había visto yo sus ojos más claros que en esa ocasión, con una expresión de emoción extasiada, tanto que le decía -cuéntame más papá, yo quiero estar allí también- Su mente prodigiosa eso le regalaba en el ocaso de su vida. 
Aparezco a la izquierda con gran parte de la familia reunida un día después 
de la presentación del libro,  todos felices disfrutando de su triunfo. 
El timbre del  teléfono a las 6:45 horas del 5 de Noviembre con la llamada de Mónica mi hermana antes de siquiera expresar una palabra, me indicó que papá había muerto, el problema renal agotó su corazón después de un fin de semana con la familia reunida.  El decía que se recuperaría, que solo necesitaba tres meses. Nunca perdió el  sentido de humor a pesar de que su cuerpo adelgazado y enfermo no le respondía más; tomó fuerzas para dar su última consulta como pediatra en esa misma semana de su muerte.

La tristeza de su partida es justificada para muchos de quienes le amamos, pero eso no es importante,  sino lo que ha dejado como legado, por lo que siempre será recordado no nada más en las personas que tuvieron la fortuna de conocerlo y los que formamos parte de su vida, sino también por quienes lean sus escritos, sus crónicas y sus relatos sobre sucesos de nuestra ciudad. En sus relatos se aprecia como disfrutaba vivir en Tuxpan Veracruz a través de hermosos recuerdos de una infancia feliz y al recopilar e investigar la vida de los personajes que hicieron la historia de esta ciudad y puerto.

Arropado en un amoroso matrimonio conformado por Obed Castillo y Teodora Sánchez, Inició su vida con una gran tragedia, su madre falleció al día siguiente de su nacimiento víctima de fiebre puerperal,  su padre desgarrado por el sufrimiento de la pérdida de su compañera, emigró de la ciudad con su primogénita y dejó  al recién nacido a cargo de Benita, su cuñada quien casada con José Zamora, de oficio carpintero,  lo amaron como verdadero y único hijo. Sus recuerdos jamás estuvieron marcados por la ausencia de sus padres biológicos, por el contrario siempre se sintió inmensamente bendecido.  Estudió en la escuela primiaria en la Enrique C. Rébsamen, la Secundaria en la Manuel C Tello, medicina en la Facultad de la Universidad Veracruzana y su especialidad como pediatra en el Hospital Infantil de Mexico Federico Gómez, en la ciudad de México.


Todos sabíamos que tenía las horas contadas. Dios le permitió ver el fruto 
de su trabajo por la ciudad que tanto amó.  Esta foto fue tomada el día posterior 
a la presentación del libro con  Rodrigo y Obed, mis hermanos  y mi madre.  


Mi padre,  el Dr. Obed Zamora, vivió dedicado a su vocación de médico pediatra con enormes satisfacciones,  pero también se entregó de manera apasionada  a narrar historias sobre Tuxpan, a la investigación sobre el tema y a entrevistar a personas en búsqueda de la verdad histórica, por eso sus escritos son únicos y auténticos. Nosotros, sus hijos, siempre supimos que nuestro padre era un personaje fuera de serie, porque a pesar de la costumbre de verlo todos los días, nunca dejó de sorprendernos con sus amenas charlas cargadas de grandes dosis de alegría. Lo recordamos siempre leyendo un libro, escribiendo la crónica, hablando en la radio, dando conferencias, regalando sus artículos; apasionado de su trabajo pero siempre pendiente de su familia, ese era nuestro padre. Cada uno de nosotros tiene algo de él.

En esta segunda edición, ya en su ausencia física, incluí capítulos de su autoría por instrucción suya, como los de las tradiciones de nuestra ciudad: El día del niño perdido, la plaza de Todos Santos, datos sobre la Familia Montiel y el Yate Granma.  También incluí las biografías de otros personajes tuxpeños como Pepe Bache, Miguel Basañez Ebergenyi, el padre Florentino y José Luis Almazán Ferrer, escritos que quiso realizar pero que el destino no se lo permitió. Realicé algunas correcciones que consideré pertinentes. Lamento que no esté para preguntarle datos adicionales y para que narre los detalles a su muy particular manera de hacerlo, terminé incluyendo un capítulo sobre su vida.


Debo aclarar que la gran mayoría de los escritos aquí expuestosforman parte de una compilación de trabajos realizados por él y publicados previamente en periódicos o en Memorias de Congresos de las Asociaciones de Cronistas, por lo que las fechas de creación se plasmaron de forma intacta.

Esta es una crónica más sobre ese inolvidable cronista de Tuxpan.


               
María Gabriela Zamora Escudero

domingo, 10 de noviembre de 2013

El padre Florentino, Un verdadero Hombre de Dios


-Gaby Zamora-


 F
lorentino R. López nació en San Antonio Acutlán, Oaxaca en 1854, estudió sus primeras letras en su pueblo y en el Seminario Conciliar de Xalapa estudió latín, humanidades, filosofía y teología habiéndose ordenado de sacerdote por el excelentísimo señor obispo D. Joaquín Arcadio Pagaza.

Durante la época jacobiana, la región huasteca del área de Tuxpan fue abandonada por sacerdotes católicos contra quienes se había orquestado un ataque ideológico y político. El conflicto tuvo proporciones violentas. El único ministro que permaneció fiel a sus convicciones y a su fe, desafiando los riesgos, fue el padre Florentino R  López. La s últimas confesiones, los santos óleos, bautizos y bodas, a partir de la segunda mitad de los años veinte, se realizaron clandestinamente.

 El padre Florentino realizó su peregrinar con disfraces audaces e inocentes  al mismo tiempo, los que en muchas ocasiones eran inútiles, debido a su gran popularidad y a su figura inconfundible; al intentar despistar llamaba más la atención. Pero más allá del conflicto religioso-social fue un personaje respetado por todos. Las autoridades de varios ayuntamientos giraban órdenes expresas a sus comandantes para que no lo molestaran. Los dirigentes agrarios anticlericales  le tenían tanto respeto y reconocían tanto su gran popularidad, que cuando necesitaron de su convocatoria para lograr con éxito una reunión campesina, no dudaron en pedirle auxilio. Las actividades del padre Florentino también se extendieron a la educación y  a las obras sociales.

En noviembre de 1921 el padre Florentino, en ese momento cura de Tamiahua, acompañó en su visita pastoral al monseñor Rafael Guízar y Valencia[1]

                El padre Florentino además de atender a las parroquias de Tamiahua, de Temapache y la vicaría de Tihuatlán, se hacía cargo de la de Tuxpan. Era un gran evangelizador. Un ser humano carismático, quedan testificadas sus crónicas en la historia de la Parroquia en donde narró las siguientes anécdotas por demás místicas y muy  simpáticas: “Por el mes de febrero del año del Señor de 1916, que eran horas de prueba para la iglesia de Santa María de la Asunción de Tuxpan, estando el Templo Parroquial ocupado por la tropa, había dado por dormir un militar de grado, debajo del ciprés del altar mayor y estando en una de tantas noches acostado sintió que lo abrazaba una mujer, al principio no le dio ningún cuidado porque creyó que era una (mujerzuela) de las que tantas noches iban a verlo, pero conforme lo iba abrazando aquella desventurada, sintió que le encajaba las uñas por la espalda, que sintió el rostro velloso y olor desagradable, quería zafarse de los brazos de aquella mujer y fue estrechado una vez más. En medio de esta lucha desesperado invocó el nombre de la Inmaculada diciendo “Ave María Purísima” y al pronunciar esta bellísima jaculatoria se ve desligado y arrancó a correr, dejando ropa y todo; fue a parar según se dijo, hasta media plaza.

                En otra ocasión, estando toda la tropa acostada dentro de la iglesia oyeron un ruido en el coro, y vieron bajar con verdadera sorpresa un sacerdote vestido con su traje talar atravesando toda la iglesia y postrándose con toda reverencia delante del altar mayor, de donde poco a poco desapareció; lo que infundió tal temor en el  ánimo de todos, que  a esa hora se salieron a pasar el resto de la noche en el atrio de la Santa Iglesia.

                El día 31 de diciembre del año del Señor 1914, estando todavía en el templo la venerable imagen de Nuestra Señora de la Salud, unas soldaderas que le robaron su ropa interior, se retiraron, pero después volvieron para quitarle el hábito y el manto; pero, ¡Oh! Milagro del cielo,  cuán grande fue la sorpresa de ellas cuando vieron que la taumaturga Virgen de la Salud de los enfermos, se movió dándoles la espalda, arrancando ellas a correr llenas de espanto, muriendo una de ellas trágicamente entre el Jambal y Tumbadero”.

Otro Relato es el de un individuo que se jactaba de ser liberal, entró por curiosidad a la iglesia en febrero de 1918, a los pocos días de que el cielo bendito me había concedido abrir nuevamente la iglesia y ejercer mis funciones sacerdotales. Estando la imagen de Jesús Nazareno en una pequeña mesa arriba del presbiterio del lado del evangelio, y estando mi biografiado delante de la venerable imagen, repentinamente vio el rostro de la imagen rodeada de una aureola de luz quedando su rostro severísimo como si en aquel momento hubiera querido increparse con el individuo; lo que infundió tal temor en el ánimo de mi biografiado que maquinalmente dobló las rodillas en el suelo, haciendo como pudo unos garabatos en lugar de la señal de la Santa Cruz en la frente, se limpió los ojos, tomó resuello y volvió a mirar la sagrada imagen, cuando la vio en esta segunda vez, le mostraba un corazón igualmente radiante de luz, pero con rostro severo, en un parpadear que dio, desapareció todo y quedó el rostro de la imagen tal como se ve hoy en día.


Termina estos relatos el padre López con lo siguiente: 

                “Yo  Florentino R. López, cancelo lo antes dicho con las armas de mis manos para perpetuar memoria en las futuras generaciones, junto al trono de Nuestra Señora de la Paz.”

Muere de una edad avanzada en la ciudad de Amatlán, Veracruz. Tanto lo quiso  su pueblo que no dejó se enterrase en el panteón municipal, sus restos descansan en el atrio de la parroquia de aquel lugar.


REFERENCIAS:

·         La Catedral de Santa María de la Asunción en: Zamora S. O: Tuxpan, Crónicas de su ciudad y puerto. Págs.  163-169, Groppe Libros México 2012, 1ª edición.

·         Alafita M L, Gómez C F. Tuxpan, Veracruz Imágenes de su Historia. Pag. 164, Gobierno del Estado de Veracruz, Archivo General del Estado 1991.

Montiel González J. Entrevista personal entrevistadora: Zamora E. M. G.  23 de mayo del 2013.



[1] fallecido en 1938,  es el primer obispo mexicano e hispanoamericano canonizado por la Iglesia católica.

lunes, 4 de noviembre de 2013

OBED ZAMORA SÁNCHEZ, PRIMER CRONISTA DE TUXPAN

El Primer Cronista de Tuxpan:
Obed Zamora Sánchez     


El 10 de marzo de 1934,  nació un niño dentro de un amoroso matrimonio conformado por los profesores Obed Castillo Solís  proveniente de Xochicuatlán, Hidalgo y Teodora Sánchez Hernández, de Santiago de la Peña, de esta ciudad y puerto,  él ocuparía el segundo lugar ya que el matrimonio había procreado a una niña de nombre Dorisnilda.

Inició su vida con una gran tragedia, su madre falleció al día siguiente de su nacimiento víctima de fiebre puerperal,  su padre desgarrado por el sufrimiento de la pérdida de su compañera, emigró a la ciudad de Pachuca, Hidalgo donde radicaban sus padres, los profesores Apolinar Castillo y Gonzala Solís,  para que le apoyaran con su primogénita. Dejó  al recién nacido a cargo de Benita, su cuñada quien casada con José Zamora, de oficio carpintero,  lo amaron como verdadero y único hijo.

 En el seno de un hogar humilde,  Obed  creció a lado de los que realmente fueron sus padres, mismos que le brindaron todo el cariño posible.  Sus recuerdos jamás estuvieron marcados por la ausencia de sus padres biológicos, por el contrario,  siempre se sintió inmensamente bendecido, a esa felicidad contribuyó que vivía  en una cuartería de la familia Díaz,  a la orilla del río en el centro de la ciudad en donde se juntaba la palomilla (Ver entrada en este blog: La infancia Feliz).   Realizó sus estudios elementales en la Escuela Enrique C. Rébsamen y los de segunda enseñanza en la Escuela Secundaria y de Bachilleres Manuel C. Tello, de la que años más tarde sería catedrático, con la materia de Higiene.

Un día cuando tenía trece años, tocaron la puerta de su casa  y al abrir, solo de verlo, supo que era su padre. Nunca antes lo había visto y se fundieron en un abrazo, estuvo solamente unos días, había venido a una gira política,  lo volvió a ver para comunicarle que había concluido  su carrera de medicina y que había decidido cambiar de forma oficial su apellido a Zamora en lugar de Castillo. 

Obed estudió en la Facultad de Medicina del puerto de Veracruz en donde se graduó en 1959. Cuando estaba cursando el tercer año de carrera,  se suscitó un problema familiar,  su madre había enfermado de cáncer y todos los recursos económicos  fueron enfocados hacia el tratamiento y traslados hacia la ciudad de México para que Benita se restableciera, es por eso que Obed dejó la facultad para abrir un consultorio médico en la ciudad de Veracruz y de esa manera  obtener los ingresos para ayudar a su madre. Allá en el puerto vivía con sus tíos Gelasio  Lima, capitán  de un Pailebot y  Guillermina Ávila  Pancardo, oriundos de estas tierras.  Al mejorar la salud de Benita, Obed continuó sus estudios hasta concretarlos.

En Potrero de Llano realizó su servicio social, por lo que la viajaba continuamente a Tuxpan para ver a sus padres y para llevar medicamentos a sus pacientes mismos que obtenía surtiéndolos en la Farmacia de Agustín Escudero, allí conoció a Silvia, quien posteriormente sería su esposa en 1964.  Años después ya radicado en Tuxpan continuó dando consulta en Potrero los días domingo ya que sus pacientes de aquel sitio así se lo pidieron.

  En 1962 realizó estudios de la especialidad en Pediatría en el Hospital Infantil Federico Gómez de la ciudad de México.  El Prof. Obed Castillo, su padre biológico,  tuvo otra familia con la profesora  Luz López Cadena, finados ambos,  quienes procrearon a Silvia, Gorki y Dora. En ese hogar, Obed fue huésped mientras terminó la especialidad y tuvo la oportunidad de conocer de manera más cercana a sus hermanos.

Ya establecido en este puerto, tenía su consultorio en la calle de Morelos, también ofrecía sus servicios en el Hospital Civil Dr. Emilio Alcázar, donde fundó la Sala de Pediatría trayendo las  innovaciones que había visto en el Hospital Infantil. Recibió el nombramiento de Director de dicho nosocomio, hizo una ardua labor de restructura en todos los sentidos, tanto de limpieza, como del personal que estaba en nómina sin devengar el sueldo. Fundó el primer sindicato de trabajadores y así mismo la Sociedad Médica Tuxpeña, cuyo objetivo era la continua capacitación de los médicos locales, trayendo ponentes de renombre científico.  Promovió la creación de la Sociedad de Esposas de Médicos, que sirvió como apoyo fundamental para las necesidades del hospital de aquel entonces- Fue Jefe de Servicio y médico adscrito en ese hospital por 43 años.

 Tomó diferentes cursos de su especialidad, tanto en el Hospital Infantil de México perteneciendo a su Asociación de Médicos. Por más de 30  años participó  en los Congresos Interamericanos de Infectología Pediátrica y de Sida en el niño siendo Delegado de la Asociación Mexicana de Infectología Pediátrica por el Estado de Veracruz,  posteriormente fue profesor nacional  de curso exponiendo algunos trabajos que le merecieron reconocimientos y un homenaje en 2006 por su trayectoria como pediatra infectólogo, habiendo hecho también cursos de dermatología. Fue el pediatra más conocido de Tuxpan y la región atendiendo también en la ciudad de Álamo Veracruz.

Desde que era muy joven fue entusiasta para escribir artículos médicos, sociales y deportivos   pero también culturales. Enviaba sus escritos desde Veracruz para ser publicados en el periódico la Tribuna de esta ciudad colaborando con sus amigos: Manolo Arvizu, Eduardo Deschamps y Miguel López Azuara.

En la década de los 80, se unió a la Sociedad de Rescate Histórico de Tuxpan y en 1992 el Cabildo de la ciudad de Tuxpan, presidido por  el Lic. Crisóforo Hernández Cerecedo le nombró su Cronista Oficial y Vitalicio en base a que reunió el perfil para así ser designado.
Desde esa fecha hasta el  2012 publicó, fruto de sus investigaciones históricas, numerosos trabajos sobre el rescate y la memoria histórica de la ciudad de Tuxpan.

En 1998 fue Presidente Fundador de la Asociación de Cronistas de Veracruz, cargo por el que es reelecto en tres directivas.  Participó con un trabajo dando una conferencia magistral en la Asociación de Cronistas de Veracruz cada seis meses. Fue miembro de la Asociación de Cronistas de Ciudades Mexicanas y colaboró por varios años con una crónica semanal en el Diario Noreste de Poza Rica, siendo también colaborador del Diario de Xalapa. Se presentó en diversos foros nacionales, locales y regionales conferencias magistrales en multimedia  sobre sucesos históricos de la ciudad de Tuxpan. Fue Investigador Nacional del Archivo de Indias de Sevilla, España y del Archivo General del Estado y del Archivo General de la Nación.

En una reunión de Cronistas realizado en 2008 en esta ciudad, Alejandro Contla Carmona, cronista de Texcoco,  dijo  lo siguiente: “En cualquier foro donde Obed Zamora se presenta, honra a su ciudad  y al honrarla la describe y  la disfruta, es un cronista que cree en él, porque lleva a Tuxpan metido hasta la médula de sus huesos. Así como los niños tuxpeños van a la playa a juntar conchas  de mar para después olvidarlas, así Obed, junta las historias olvidadas de personajes, calles, barrios, plazas y plazuelas de su puerto y ciudad para recordarlas, ha aspirado la fragancia del recuerdo para escribir la crónica de Tuxpan del ayer, del ahora y el del nunca acabar para eternizarse  y eternizar a su ciudad y puerto”.

Entusiasta, dicharachero, contador excelso de chistes,  con una memoria prodigiosa, para las fechas y acontecimientos, tenía también una habilidad muy especial para narrar historias de la ciudad, ocasionando grandes dosis de alegría a quienes lo escuchan. Apasionado de la buena música mexicana de antaño pero fanático del tango, fue miembro del Club Pozarricence  “Los amigos del Tango”, de quien era el maestro de ceremonias de los eventos que realizaban.  Gozaba la vida, siempre leyendo un libro, escribiendo la crónica, hablando en la radio, dando conferencias, regalando sus artículos; apasionado de su trabajo pero siempre pendiente de su familia,  casado con Aurea Silvia Escudero Bache, fue un amoroso padre de cinco hijos: Silvia Mónica, María Gabriela, Obed, Rodrigo y Brianda Zamora Escudero y nueve  nietas y nietos.

Fue director de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Tuxpan  durante  2011-2012. Publicó su libro TUXPAN, Las Crónicas de Su Ciudad y Puerto en Julio del 2012. Falleció en el seno de su familia  el día 5 de noviembre del 2012 a la edad de 78 años después de una enfermedad renal crónica que agotó su corazón.



PRIMER ANIVERSARIO LUCTOSO


viernes, 5 de julio de 2013

130 Años como Ciudad


EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE

Obed Zamora Sánchez 
Cronista de Tuxpan



Tuxpan 1915


 



Apolinar Castillo,  gobernador constitucional del estado de Veracruz  a través de la H. Legislatura, expidió en Orizaba el Decreto Nº 55, por el cual la villa de Tuxpan es ascendida a la categoría de ciudad, el día 1º de Julio de 1881, documento que fue publicado en la Gaceta Oficial el día 4 del mismo mes. Esto ocurre en un momento en que la estructura urbana de la ciudad ya estaba configurada como centro regional comercial y la ascensión a ciudad  acababa por definirla, convirtiéndola en un polo de atracción para la migración nacional y extranjera, básicamente española, pero también inglesa, francesa, austriaca, italiana y china.

                 Por estos años se crearon en Tuxpan  los consulados de Francia y Estados Unidos. Según el censo de 1885 el mayor número de habitantes era mestizo. El 33 por ciento de la población  indígena y los extranjeros una minoría, aunque la migración española para 1870 era la más importante. Comparada con 1850 la población a finales del siglo XIX se había duplicado, mientras que las comunidades vecinas y rancherías veían menguado el número de sus habitantes, Juana Moza que es una congregación que se encuentra a escasos kilómetros de nuestra ciudad,  aportaba  en una buena medida  la mano de obra que el movimiento comercial y de servicios le iba exigiendo.

Para los últimos años del siglo XX, había casi 250 establecimientos comerciales, mercantiles e industriales en todo el cantón de Tuxpan. Aunque de capacidad y dimensión reducidas, finalmente generaban empleos. Entre ellos se encontraban las fábricas de aguardiente, de teja  tipo marsellesa y las de cal, que en mucho contribuyeron a la edificación creciente que la ciudad  imponía, haciéndose más estable y echando raíces duraderas. Había además talleres de herrería, aserraderos con maquinaria de vapor  para la enorme explotación de los vastos bosques de zapote y maderas preciosas, que por muchos años abastecieron al este norteamericano en la construcción de durmientes de ferrocarril, una fábrica de puros, una de jabón, una  peletería - exportábamos cueros también para los Estados Unidos vía Nueva Orleans y Mobile Alabama-.

Existía asimismo una muy buena carpintería de ribera, que muy pronto se prestigió en la zona ribereña por la construcción de Pailebotes y Balandros de tonelaje medio, utilizados en el comercio marítimo costero desde este puerto hacia los demás del Golfo de México y de Quintana  Roo.  Estas carpinterías también trabajaban las maderas preciosas elaborando muebles, como tocadores, camas y juegos de sala que tradicionalmente las familias acomodadas tuxpeñas importaban y que posteriormente por la elevada calidad del trabajo local adquirieron aquí.
Por las tardes se esparcía  por todo el vecindario el delicioso olor del pan y las panaderías tuxpeñas proliferaron por toda la ciudad y abastecían también a sus comunidades vecinas;  había tres sastrerías y nacían los fígaros criollos  (peluqueros) que con el tiempo convirtieron sus peluquerías en los tradicionales templos de los chismes, de  la noticia picante y sabrosa. Había también casi 132 tendajones y numerosas tiendas de abarrotes, fondas, cafés y cantinas.

Como un polvorín la ciudad diversificaba sus giros comerciales con elegantes tiendas de ropa importada de  Europa y Estados Unidos, sederías, lencerías, boneterías y una ferretería que vendía herramienta simple para las diferentes actividades productivas.

Es indudable que los países desarrollados aportaron en el intenso comercio marítimo que vivía la ciudad  las innovaciones tecnológicas más modernas de esa época. Teníamos seis agencias de comisiones (comerciaban con el extranjero)  y además una de seguros y dos de transportes, una de las cuales propiedad de los españoles Bernardo Arteaga y Pedro Basañez. Era el famoso Tranvía de Mulitas que desde 1882 daba servicio desde la Aduana Marítima que estaba en el centro de la Ciudad frente al río y hasta el Barrio de Tenechaco, cruzando el puente.

El maravilloso espectáculo de los techos color naranja de las casas del centro de Tuxpan lo daban los mismos tapizados con las fuertes tejas que provenientes de Marsella, venían como lastre en los buques que cruzando el Atlántico  comerciaban con nuestro puerto. Estas tejas ultramarinas vendrían a sufrir más tarde la competencia local de las fabricas propiedad del Vicecónsul de su Majestad la Reina de Inglaterra, Mr. Robert N. Greer y de nuestro paisano el legendario don Chico Chao.

Para darnos una idea de la época que vivíamos, durante la primera semana del mes de marzo de 1897 el movimiento marítimo del puerto de Tuxpan fue el siguiente: El día 2 arribó el vapor Ibero con su capitán Jiménez procedente de  isla mujeres con 11 días de navegación en lastre y con 191 chicleros consignado a Don Federico Stussy, el día 6 el Vapor Nacional Cumberland llego al puerto con su capitán Pinto con un cargamento de efectos nacionales y procedentes del puerto de Veracruz  y escalas con tres días de navegación y consignado a Don Alfredo Eckard . El mismo día arribó el Vapor Americano Saratoga con su Capitán E. P. Buck procedente de Nueva York y escala con su cargamento de efectos extranjeros consignado a Don Federico Stussy.

La Escuela Cantonal Miguel Lerdo de Tejada se inauguró el día 15 de agosto de 1885 siendo su primer director Francisco Del Pliego. El centro escolar vino a cubrir la imperiosa necesidad de una mejor educación para los habitantes del puerto. Recibió todo el apoyo del gobierno del estado y a través de la Escuela Normal Veracruzana se recibían dos becarios egresados de la Lerdo para  que al término  de sus estudios como maestros regresasen a su escuela a darle servicio por un término no menor de dos años.

 Debido al incremento de la población estudiantil fue necesario ampliar y remodelar el edificio que era el antiguo Hospital de la ciudad y que se encontraba en donde hoy está un jardín de niños precisamente anexo al actual edificio de esta  emérita escuela en la calle Genaro Rodríguez  en el centro de este puerto. El ritmo de crecimiento en los centros educativos destinados a varones fue constante a diferencia de las dedicadas mujeres a quienes durante muchos años solo se les permitió el acceso a los niveles elementales de la educación. No fue sino hasta el año de 1910 cuando  Tuxpan abrió sus puertas al plantel para niñas “Antonia Nava” que vino a cubrir este enorme vacío en la educación.

La salud fue el otro aspecto muy importante al que la administración pública le puso mucha atención. Había un solo médico para toda la ciudad incluyendo su cantón. Este solitario apóstol de la medicina, entre sus ocupados días,  ponía en enero a marzo la vacuna contra la viruela en 1874. Un año después se creó la Junta de Caridad con la finalidad de construir el nuevo hospital, hecho que se logró con la contribución del comercio organizado, prioritario para la población, dado lo insalubre de la ciudad y sus poblaciones ribereñas, con una alta incidencia de malaria y viruela causando una altísima mortalidad, además de las innumerables enfermedades propias del trópico. Por fin en 1890, gracias a las aportaciones municipales y particulares, se inauguro el Hospital Benito Juárez que se encontraba en lo que hoy es el nuevo Hospital Militar junto al cementerio antiguo de la ciudad, en la calle Galeana,  siendo uno de sus primeros médicos el Dr. Emilio Alcázar Castellanos,  oaxaqueño,  comisionado por el General Porfirio Díaz como médico de la plaza y quien ejerció durante toda su vida una ejemplar profesión siendo un pionero de la urología. Yo lo conocí siendo un niño y me decía -Aquí viene el Azogue  (mercurio) refiriéndose a mi-  porque cuando yo era niño, era muy inquieto, corría y jalaba todo lo que en su consultorio tenía. Por muchos años despachó en la antigua Botica propiedad de su familia, situada en el edificio contiguo al parque Reforma. Ahí tenía una botica llamada precisamente Alcázar, murió ya muy ancianito y nuestro hospital general lleva con orgullo su nombre “Dr. Emilio Alcázar”. Las Juntas de Sanidad eran presididas por el Jefe Político del Cantón y así en el periodo de 1884-1900 estuvo como presidente de la junta el jefe político Fernando Chao, como secretario el presidente Municipal Don Julio Deschamps y como vocales los doctores García del Tornell y Emilio Alcázar así como el capitán de puerto Carlos M. Caraza.

 
El 20 de junio de 1914 Cándido Aguilar, Gobernador del Estado y Jefe Militar de Veracruz por decreto del Presidente  Venustiano  Carranza, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista expidió su decreto número uno, por el cual hace saber al pueblo. Que previa protesta ha tomado el cargo, que la Revolución le ha conferido y que en usos de las facultades de que se halla investido nombra como secretario de gobierno al general Heriberto Jara y nombra como capital del estado de Veracruz a la ciudad y puerto de Tuxpan.

El 27 de diciembre de 1954 Marco Antonio Muñoz, Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Veracruz – Llave y según el Decreto Nº 144 del H. Congreso del Estado hace saber a sus habitantes .Que el termino de la vida de un hombre es el indicado para el balance sobre su actuación personal en relación con la colectividad. Que habida cuenta de las cualidades  cívicas del señor Enrique Rodríguez Cano, en las que destacan su acendrado patriotismo su celo hacia el bienestar social,  su estímulo a la cultura, su devoción a las virtudes éticas de lealtad y culto a la amistad como engendrador del más alto sentido de armonía colectiva, su alta y eficaz responsabilidad en el desempeño de los cargos públicos que le fueron conferidos por el pueblo o por distintas administraciones, siendo relevante en el actual, que preside el señor Don Adolfo Ruiz Cortines – Primer Mandatario de la Nación – y que por cuanto a que la ciudad de Tuxpan, su tierra natal, recibió su constante colaboración para lograr un mayor engrandecimiento tanto en el aspecto moral y cívico, como por las obras material que propicio, patrocinio y estimulo es prudente y debido como un acto de estricta justicia expedir el siguiente decreto: 

ARTICULO ÚNICO  – A partir de la fecha de este decreto la ciudad y puerto de TUXPAN llevara el nombre de. TÚXPAM (sic) DE RODRÍGUEZ CANO.[1]

TRANSITORIO- El presente Decreto surtirá sus efectos a partir de su publicación en Gaceta  Oficial del Estado

Viviendo en el año 2011, y como se ha expresado, Tuxpan tuvo los méritos suficientes para elevar su categoría de Villa a Ciudad hace ya 130 años. Hoy pleno siglo XXI se prepara  para un destino de gran desarrollo, ha llegado su hora y va a recuperar el sitio que como uno de los más importantes puertos del Golfo tuvo a fines del Siglo XIX. Tuxpan es hoy considerado ya el Puerto del Valle de México.


REFERENCIAS BIBLIGRÁFICAS


·         Alafita y Filiberta Gómez - Cruz *TUXPAN. Veracruz Imágenes de su Historia. Leopoldo. Archivo General del Estado de Veracruz .1991

·         Pérez Castañeda Zózimo, Saqui del Ángel Ángel  MONOGRAFIA DE LA CIUDAD DE TUXPAN. Talleres Gráficos del Gobierno del Estado 1885.

·         Benítez JL. Movimiento Marítimo del Puerto .Periódico el eco de Tuxpan  Marzo 7 de 1897.  




[1] .- Tuxpan se escribe con N y no con M

miércoles, 3 de abril de 2013

EL POLÍTICO JESÚS REYES HEROLES


 OBED ZAMORA SÁNCHEZ

Cronista Vitalicio de Tuxpan Veracruz

El escrito que a continuación se presenta es un fragmento de un capítulo dedicado a este magnífico político tuxpeño en el libro TUXPAN, CRÓNICAS DE SU CIUDAD Y PUERTO.

                En el panel realizado en nuestra ciudad sobre  La vida, la obra y su tiempo, de Jesús Reyes Heroles”. Auditórium de la Unión Regional Ganadera del Norte de Veracruz, Federico Reyes Heroles, destacado analista político e hijo de Jesús Reyes Heroles, no pudo asistir y envió esta carta que me tocó el honor de leer en un auditórium abarrotado por la clase política de nuestra ciudad el  8 de Mayo de 2005.
Jesús Reyes Heroles en Tuxpan, con el Gobernador Rafaél Hdz Ochoa y  Alberto Arango de la Huerta.

ACOTACIONES A LA MITOLOGÍA

                Comienzo con una disculpa: mi corazón quería estar en Tuxpan. Mis obligaciones me llevaron justo hacia el otro litoral. Agradezco a todas las autoridades la invitación en particular a Ramón Rodríguez Rangel  a Miguel, Paco y Guillermo su entusiasmo. Queda pendiente la visita.

                Entiendo el encuentro como una reunión de amigos, de amigos de una figura tuxpeña, de un personaje de la política  nacional, de una mente universal. Pero dada mi condición resultaría por lo menos incomodo dar un testimonio más sobre lo evidente a todos: la capacidad de JRH, su pasión por el  quehacer político, su amor a México. He decidido por ello seguir otro camino.

                Jesús Reyes Heroles es hoy ya un referente obligado de la historia nacional contemporánea. Lo es para quienes lo conocieron y para quienes no. Podría yo relatarles la infinidad de personas que se acercan  a decirme yo conocí a Reyes Heroles. Y a mi pregunta en donde solo recibo respuestas cuando fue director de PEMEX o cuando estuve en Gobernación o lo que sea. Nunca lo conocieron personalmente. No mientan, simplemente creen haber compartido algo con el de lo cual Reyes Heroles ni idea tenía. Un grado más arriba se encuentran los muchos que dicen hacer trabajado con Reyes Heroles y que en realidad trabajaban en la misma dependencia pública. El orgullo de haber coincidido con un jefe  así hace que todo mundo se sienta con el derecho a decir “trabaje con él” está bien, la condición humana es muy particular.

                Así, con el transcurso del tiempo se ha ido conformando alrededor de la figura de Jesús Reyes Heroles una autentica mitología que por supuesto también ha dado margen a algunos farsantes y mentirosos. Nunca olvidaré al fanfarrón que me dijo haber estado en el Yate de Reyes Heroles cuando el personaje no tuvo ni una canoa  ni interés alguno de andar flotando por los mares. Otro caso insuperable es el de un gran cínico que se   molesto conmigo cuando me permití poner en duda que hubiese compartido 18 hoyos de golf con Reyes Heroles. Simplemente imaginármelo con zapatos especiales, cachucha y haciendo un swing me provoca risa. Reyes Heroles puede satisfacer muchos caprichos de la imaginación, pero todo tiene un límite.

                Hay en cambio una serie de atributos reales que la gente con el tiempo ha ido olvidando. A algunos de ellos voy a referirme.

                Reyes Heroles era un hombre muy estudioso todo mundo habla de su inteligencia, pero de tanto recalcarla pareciera que se trató de un atributo natural. Por supuesto era una mente muy brillante, pero sobre todo era una cabeza alimentada sistemáticamente con lo mejor. Iba a las librerías y pepenaba carros de libros que después revisaba, descartaba muchos para descubrir alguna joya en la cual quedaba atrapado. Cada mes había que entrar a su recamara con cajas a sacar libros que se encaminaban a su clasificación en la biblioteca. Para lograr esa condición que ahora con facilidad la gente atribuye a su inteligencia, se necesitaban infinitas horas de lectura nocturna. 

                La una, las dos, las tres de la mañana no importaba si había tenido que ir de gira o si tenía que levantarse temprano, Reyes Heroles nunca dejo de estudiar. Claro por eso les daba veinte y las malas a sus congéneres por que el, si estudiaba y mucho.

                En sus descansos y vacaciones jamás hubo yates o golf siempre fueron libros y más libros. Quedarse por las mañanas en la cama con un café frió y un vaso de agua mineral sumergirse en un clásico, pensamos en Baltazar  Gracian, era quizá el momento de máximo deleite del personaje. Auténticamente descansaba haciendo adobes. Lo recuerdo los domingos en la mañana, debajo de la mimosa, siendo director de PEMEX, trabajando sobre Mariano Otero. Repito: el señor estudiaba y mucho. Hoy eso excepcional, es una costumbre que muchos no conocen. Reyes Heroles era un gran conversador. Pocas cosas gozaba tanto el personaje como tener charlas inteligentes. Podía quedar la tarde entera en una sobremesa con una condición: que es dijeran cosas inteligentes. Porque así como era apasionado para debatir era  desesperado cuando se decían tonterías. Prefería pararse e ir a platicar con Quevedo un libro. Era muy intolerante con la estupidez lo cual lo convertía por momentos en un ser poco sociable. No escatimaba en los calificativos, es un buen hombre, pero muy tonto. Tonto sería con damas presentes, otra la palabra de haber estado entre varones, porque las palabras altisonantes solo las soltaba entre varones y le molestaba profundamente que la regla no se cumpliera.

                Con frecuencia cuando se dice que Reyes Heroles era un gran político queda la sensación de que tenía una habilidad extraordinaria para la maniobra. Creo que algo se torció en el camino. Si ser gran político supone poder imaginar jugadas de cuatro o cinco bandas, Reyes Heroles no era un gran político. De hecho era muy tosco en sus planteamientos, rudo en la forma de lanzar sus propuestas, decía las cosas sin ambages y no andaba con segundas intenciones, ni con grandes cálculos. Sus enemigos institucionales sabían perfectamente que tenía en mente porque además no se lo guardaba. Así fue con el Sindicato de PEMEX, con  el SNTE o con Luis Echeverría. Si la habilidad para engañar es el eje de un gran político, Reyes Heroles no era un gran político. Una persona que le dice al Presidente de la República si tu hermana hubiera sido varón ya lo hubiera moqueteado, no es exactamente muy calculador. Un Secretario de Gobernación que le dice en público a su jefe el Presidente, que quien gobierna para todos no gobierna para nadie, no es un hombre prudente.
                 El verdadero atributo que lo hizo un gran visionario es que establecía un rumbo, la reforma política por ejemplo y navegaba incansable hacia allá dispuesto a tolerar todos los embates. Llevaba la renuncia siempre en la punta de la lengua como arma para nunca perder la dignidad. Pero por ejemplo en el caso de Carbonell en Veracruz, Reyes Heroles decidió renunciar a la presidencia del PRI, largarse como una reacción provocada por sus principios. No fue sino hasta la madrugada en una larga conversación que se convenció, con Maquiavelo  en la cabeza, que debía existir una fórmula para arrastrar en la caída al aspirante. Así surgieron las inexistentes  declaraciones sino mal recuerdo, a Ángel Trinidad Ferreira de “Yo como veracruzano no voté por él”.

                Reyes Heroles era un hombre de una moral muy rígida y precisamente por ello no toleraba a los inmorales. Un día comíamos en un restaurante cuando se acerco un hombre mayor, con una salud evidentemente precaria quien con voz cargada de cariño le dijo Jesús que gusto verte. Yo me levanté como por acto reflejo y Reyes Heroles permaneció sentado, no le dio la mano y tampoco soltó una frase amable como sería cómo has estado o algo así. Solo, de nuevo, le reclamé su actitud y sin consideración alguna respondió, -Todavía hay clases morales, ese canijo es un corrupto, que esté viejo y fregado no lo vuelve santo-. Reyes Heroles despreciaba  a los inmorales y se los hacía saber.

                Todo mundo sabe que Reyes Heroles no era creyente. Lo que pocos saben es que ese defensor incansable de la separación estado- iglesia, ese admirador de Juárez que se enfrentó a López  Portillo cuando Juan Pablo II decidió comenzar su primera visita justamente en Guelatao después de ser trasportado en el avión presidencial esos eran fueron deseos,  ese mismo individuo era un gran lector de temas religiosos. No era extraño encontrarlo leyendo a Jaques Maritain por ejemplo.

                Termino. Es la primera ocasión en la vida en que pongo por escrito o intento acotar algunas de las extravagancias que la mitología le cuelga hoy a Reyes Heroles. En el fondo era un tipo bastante sencillo, de gozos muy terrenales como un buen whiskey una buena platica y por desgracia muchos cigarros. Yo interpreto esa mitología como resultado del contraste; es tal la ausencia de verdaderos hombres de estado, es tal la ignorancia de muchos de nuestros dirigentes,  es tal la frivolidad que merodea, la falta de principios  que desnuda a muchos, que la figura de Reyes Heroles se agiganta y con merecidísima razón. Ojala y sirva de referente a los jóvenes que deben saber que se puede ser muy diferente.

                Una última no era tan bueno para el dominó como algunos dicen, pero eso si como le gustaba.

Buenas noches y muchas gracias.


REFERENCIAS

·         -Panel sobre “La vida, la obra y su tiempo, de Jesús Reyes Heroles”. Auditórium de la Unión Regional Ganadera del Norte de Veracruz: invitados Guillermo, Chao Ebergenyi, Paco Rodríguez Cano, Federico Reyes Heroles, Miguel Basañez Ebergenyi y Obed Zamora Sánchez. 8 de Mayo de 2005.